jueves, 4 de julio de 2013

Los recuerdos son una vaga distorsión de nuestro pasado

Y cuando por algún casual miras al pasado, tanto en fotos, vídeos, dibujos, cartas....
Ves cosas que ya pasaron hace mucho, hace poco o hace nada, pero todo es tan inmenso,
todo tan cambiado, tan diferente, tan igual que en el momento.
Te ves diferente, inmadura, débil, fuerte, pasota y entregada, ves como tu cambio pasó de la noche a la mañana, ves como todos se han transformado, pero en el fondo muy al fondo puedes comprobar como siguen siendo la misma gente. Hay algunos que perduran, otros que se marcharon por el horizonte, otros a los que echaste, otros que te invitaron a salir de sus vidas sutilmente. Cambia la gente, otra permanece, y todos juntos cambiamos continuamente. A esa persona que ves hoy no es la misma de mañana ni la que ayer, va cambiando poco a poco. Hace cosas de las que se arrepiente, cosas que le duelen en el alma, cosas inevitables, daños que no pudo esquivar, pero eso la encamina hacia enderezarse completamente, y crecer hacia lo alto, volar como un pájaro para jamás volverá a caer.
Pero aún así está bien tener guardado ese recuerdo del pasado, donde te percatas de lo mucho que has cambiado, sin darte cuenta esa pequeña larva, gusano, se va convirtiendo en mariposa a lo largo de los años. Lo siente mucho por todos esos hilos de seda que la ayudaron a crecer, pero era inevitable romperlos para poder volver a nacer.


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