jueves, 13 de febrero de 2014

Looooca

Quizás cuando lo lean creerán que estoy loca, y quizás lo esté, pero tengo una pequeña adicción a la piscina, al agua rozando mi cuerpo, a esas moléculas que te ayudan a impulsarte, a nadar...
Y es que es algo como mágico el hecho de tirarte de cabeza a la piscina, y notar como a medida que entras las gotas de agua, sus moléculas se apartan dejándote pasar, quedándose pequeñas gotas repartidas por tu cuerpo, empezar a mover los brazos y piernas y desplazarte por la tercera ley de Newton hacia delante creando pequeñas ondas que crean ritmo a medida que pasas, ondas que perturban toda la piscina por extensa que sea, ondas que crean una melodía sorda que solo se puede apreciar con el tacto y la vista. Y nadar y nadar y nadar y querer parar pero no hacerlo, nadar hasta que no puedas más, sin sudar, sin sentir el calor sofocante de cuando haces ejercicio fuera del agua, tan solo tú y las ondas de la piscina. Creando una armonía que no te deja pensar en nada, que tan solo borra lo que tuvieses en la mente para concentrarte en respirar, en mover los brazos acompasadamente, en mover las piernas cual sirena para desplazarte, a la ida, a la vuelta, todo el tiempo que puedas.
Quizás esté loca.
Pero soy feliz siendo así de loca.


1 comentario: