domingo, 26 de octubre de 2014

Para llegar al futuro hay que perder tiempo

Le llaman hacer amigos y es obligarte a convivir con gente que no tragas.
Le llaman pasárselo bien y es matar neuronas por doquier.
Le llaman confianza y es mala educación.
Le tienen miedo a los muertos y los peligrosos son los vivos.
Soy rara, lo sé, lo sabes, lo saben.

Cada día que pasa es un día tachado en el calendario, un día menos para que lleguen los exámenes, para poder encerrarme en mi cuarto y no tener que ver a nadie, no tener que dar explicaciones de porque no me voy por ahí a machacar neuronas, a refregarte con cualquiera, a compartir babas.
Un día menos para que exista de verdad el silencio, un día más para vacaciones, para volver, para no tener que vagar perdida por esta ciudad que no siento parte de mí. Soy una extraña aquí, una más que pasea por las calles, en el fondo una guiri que vino a este libro en blanco a escribir su historia de nuevo, pero que recuerda aquel libro que quemó, que dejó las cenizas en un baúl guardados, aquel libro del que se deshizo pero que le persigue día y noche por los pasillos, en su mente, en su alma donde se halla impregnado.

Sí que hay gente maja, sí que es exageración de mi mente de enferma, estoy mala, loca, deberían encerrarme, aislarme. Vivo con una camisa de fuerza expresada a los demás con una sonrisa falsa. No soy feliz con lo que dices, con como piensas las cosas ni lo mucho que te la suda todo respecto a mí. Llamarme rara, ridiculizarme, hacer con lo que me queda de esperanza una bola y lanzadla a ver quien la rompe antes. Jugar a ser falsas, jugar a intentar parecer lo que no sois, o lo que quizás si sois, porque yo no pienso hacer ningún esfuerzo al respecto...
Cuando estás medio muerta, cansada, agotada, frustrada, ¿qué más da lo que hagan con lo único positivo que pervive contigo?

No es mi vida, soy de otro siglo, nací sosa, me hicieron más sosa, y por ello moriré sin nada de sal, no soy tímida, pero es que tampoco soy sociable, disculparme por no ser una falsa que va con cara de buena cuando desea tirarse por un balcón por vuestra culpa.

Si sales de un infierno y vives lo que es el mundo, ves más allá de las cuatro paredes que te cubren del frío, ves más allá de la falsedad de las sonrisas, cuando ya has visto el mundo, no hay nada que te pueda obligar a estar de nuevo en uno. Debe ser de humanos eso de creerse mejor que tu compañero, ¿qué narices importará bajo que techo duerme por la noche? Eso de sentir las cosas tuyas no tiene sentido, la pertenencia es algo ficticio, nada permanece para siempre por muchas veces que digas "es mio".

No comprenden lo largas que se me hacen las horas aquí, en este cuarto, entre estas paredes, entre tanta gente que ni saben quien soy ni pretendo que lo sepan nunca... Es eterno cada minuto que pasa, y faltan muchos para poder volver a casa... Busco alguien que sepa ver mi alma, que comprenda el dolor que me puede, el dolor que me ata con una camisa de fuerza, que me prohíbe disfrutar del día a día, porque aquí sin gente que te aprecia, sin gente a la quieres te da igual pasarlo en la calle o estar sola tumbada en la cama...

Es soledad, así se llama lo que inunda mi pequeña alma, se llama añoranza lo que hace derramar mis lágrimas, es necesidad de abrazos que te digan algo, abrazos que desearías no soltar ni en un millón de años, son palabras, momentos, gente que día a día están cada vez más alejados en el pasado. Es estar triste y querer aferrarte a algo, agarrarte al futuro, al momento en el que sabes que vas a volver a tu pueblo del que tanto has rajado, al pueblo que tan pueblo es, pero al pueblo que guarda en el centro de su alma a todos aquellos que querrías que instantáneamente aparecieran ahora en tu cuarto para poderlos sentir más cerca, para que dejasen de estar por lo menos unos segundos, tan tan tan lejanos...


Se llama estar triste y no existe medicamento para curarlo...




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